Sarah Williamson se despierta en el hospital sin ningún recuerdo de cómo llego a estar allí o del guapo extraño de pie ante ella afirmando ser su prometido.
De hecho, ni siquiera recuerda su propio nombre.
De vez en cuando, tiene estas sensaciones de familiaridad, pero lo que le da más miedo son los destellos algún horrible suceso. Estas visiones la atormentan y encuentra difícil el separa los sueños de la realidad.
A pesar de que se entera de que tiene una madre quien sostiene amarla con locura, se siente sola, sin saber en quien puede confiar, o si las personas son quienes afirman ser.
Bradley Hunter lucha con la posibilidad de que su prometida puede que nunca recuerde quién es él o la vida que estaban construyendo juntos. No quiere nada más que reanudar en dónde lo dejaron, pero ¿puede protegerla de su falta de memoria antes de su accidente, de la incertidumbre y de la duda que ella está sintiendo?
Ella encuentra un diario, evidentemente escrito por ella, y empieza a juntar algunas piezas, y lo que descubre no es solo impactante, sino que también la sitúa directamente en el camino del peligro... de nuevo. Su feroz determinación para saber lo que sucedió y el por qué, la coloca en un rumbo que cambiará para siempre su vida y desbloqueará algunos recuerdos que son difíciles de superar.
Sarah puede que nunca recuerde todo lo que le sucedió antes del "accidente", pero sí aprenderá lo suficiente para saber que estuvo a punto de morir, y que eso no fue un accidente.
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