Él es mi caballero de armadura brillante, pero no el tipo romántico con el que sueña una chica, este invadió mi mundo en línea y volvió todo caos.
Mi hechicera puede patearle el culo en el juego, pero la vida real patea el mío. Ganar puntos de experiencia en línea es más fácil que en la realidad, y cuando juego, sé a dónde conducen mis búsquedas. En el mundo real, las historias me confunden y no sé en qué dirección voy.
En el juego, estoy en control.
O lo estaba hasta que el llegó.
Ese tipo nunca comparte nada sobre sí mismo y solo lo conozco como "Thorsday".
Mi némesis de juego australiano no puede ser un Dios rubio de ojos azules en la vida real. ¿O si puede?
Hay algo en este enigmático hombre que me intriga y cuánto más jugamos juntos, más deseos tengo de conocerlo. Y sé que él siente lo mismo.
El problema es que, si permito que mi mundo virtual se fusione con la realidad, podría morir parada en la línea de fuego.
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